Resumo

A comienzos de la década del ochenta del siglo pasado, la Organización Deportiva Panamericana (ODEPA) transitaba una etapa de inestabilidad. Los X Juegos Panamericanos representaban una oportunidad para restablecer su credibilidad. Sin embargo, la designación de la sede de los Juegos fue una de las más convulsionadas de la historia del Movimiento Olímpico. Este trabajo se propone explorar el auge y la caída de Santiago, Chile y de Quito, Ecuador, como sede de los Juegos y la posterior disputa entre La Habana, Cuba, e Indianápolis, Estados Unidos, por organizarlos. Así, el trabajo aspira a establecer las especificidades, los enredos y las relevancias del esfuerzo del presidente de la ODEPA, junto al de estas ciudades, por llevar los Juegos a buen puerto.

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